Invocar la destrucción.

Que si me dices hace unos añitos que lo que no se ve tambien duele, no me lo hubiese creído, me hubiese hecho la sorda ante tus palabras y me hubiese ido dando patadas al balón como si nada.

Sin embargo mírame ahora, creo ciegamente en las palabras ‘Duele hasta lo que no se ve’,  y tuve que vivirlo para creerlo, porque claro, así es la vida…tiene que pasarte para que lo entiendas, y tienes que verte enfrentado a algo para saber como huír correctamente.

Ay… tus pasos, me muero por adivinarlos, me muero por saber en qué ángulo queda más bonito mirar tus manos, en qué lado de la calle puedo observarte mejor cuando te detengas a mirar en tus bolsillos en busca de las llaves. Me muero por intentar definirte lo bonito que se hace el espacio que queda entre el suelo y el cielo cuando paseas… me muero porque vivas.

Una uve verde con un lado más largo que otro, será siempre mi letra favorita cuando me pare a pensar en si mi presentimiento me dice que las cosas van a salir bien o van a salir mal.

Mal sabor de boca nos ha dejado el frío de hoy.

Prometerán atarnos, obligarnos a callar, obligarnos a sucumbir a sus peticiones vomitivas y estúpidas, prometerán a sus propios corazones no volver a dejar que andemos con total libertad por los sitios que queramos recorrer. Y solo en nosotras está la lucha, la lucha de romper las cuerdas que nos inmovilizan aquí de rodillas con las manos en los riñones. Solo en nosotras está la lucha de hablar cuando intenten amenazarnos. Solo en nosotras está la lucha de negarnos a hacer lo que nos pidan. Solo en nosotras está la lucha de decepcionar a los corazones crueles que dan vida a estos seres que nos obligan a temer vivir la vida tal y como lo hicimos antes. Solo en nosotras está la verdadera iniciativa, solo en tí y en mi están las ganas de seguir, solo en nosotras veo la fuerza explosiva que inmoviliza a las almas innecesarias de este planeta medio K.O. Tu y yo podemos ganar la guerra si de verdad nos apoyamos, tu eres mi arma, yo soy la tuya. Vamos a ser quien fuímos antes de esta batalla que aún podemos ganar.

Gracias por suavizar mis angustias, por llenar de vodka y hielo mis anhelos de alegría, y enseñarme a sonreír de otro modo más convincente que el anterior.

Gracias por hacerme ver que no estaba muerta, y por haberme hecho darme cuenta de que todavía no puedo morir.

Dicho esto, podemos quemarnos a lo bonzo y dejar que el humillo que salga de nuestra carne retostadita inunde las casas de todos aquellos que pasaron por una guerra parecida y que al contrario que nosotras, aún no han podido ganar.

Quiero ser destruida para invocar la destrucción de todo aquello que nos destruyó.

Y hoy, con el frío las hostias pican más, podríamos aprovecharlo, no sabes lo bonito que sería ver a alguien con el corazón vacío pero lleno de heridas, caminar llorando, sintiendo que sus lágrimas se congelan sobre sus mejillas y que por pura lógica, se les congelan las ganas de herirnos también.

Te lo digo muy en serio, yo desde hace tiempo conservo poco miedo de todo aquel que tenía, y si quieres, bueno… ganamos la guerra, pero si no, no te preocupes que ya la gano yo. Solita y sin penurias. Con heridas, pero con mucha sal.

 

 

Un comentario en “Invocar la destrucción.

Deja un comentario